- Back to Home »
- Doctrina »
- ¿Exterminados o condenación eterna?
Esta pregunta trata del destino final de los inicuos; ¿será una aniquilación o sufrimiento real y consiente?
Nos hicieron esta pregunta: “¿Por qué creen ustedes, los de la Iglesia de Cristo, que los que mueren sin Dios serán castigados de una forma real y serán consientes de tal castigo si la Biblia dice que serán destruidos (Mat. 10:28)?”
Esta pregunta es claramente hecha por un “condicionalista.”
Un condicionalista es alguien que cree que en algún punto después de la muerte, los que murieron sin conocer a Dios serán aniquilados, en otras palabras, dejarán de existir. Esta es una enseñanza o dogma de los adventistas del séptimo día, los “testigos de Jehová” y otros religiosos errados.
En uno de sus discursos Jesús declaró:
“y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” (Mat. 10:28 RV60).
La palabra griega para “destruir” es apolesai, que se deriva de la forma verbal apollumi. Este verbo ocurre 90 veces, y como sustantivo 18 veces. Yo no conozco ninguna traducción de buena reputación en Español que traduzca este término en ninguna parte como “dejar de existir.”
De hecho es traducida a palabra españolas comunes como: “perecer,” “destruir,” “perder,” o “perdido.”
El término es empleado en artefactos físicos que pierden su uso. Un odre que se rompe y que ya no sirve, se dice que se “pierde” (Lc. 5:37). Una oveja que se pierde de la seguridad del rebaño se describe como “perdida” (Lc. 15: 4,6), en otras palabras, está separada del pastor.
El caprichoso hijo prodigo estaba “perdido” para su padre (Lc. 15:24), aunque ciertamente no había sido aniquilado.
De la comida temporal se dice que “perece” (Jn. 6:27). Cuando los discípulos estaban amedrentados por ahogarse en una tormenta en el mar de Galilea, despertaron al durmiente Señor, y exclamaron: “…perecemos,” empleando la forma en presente simple de apollumi (Mat. 8:25). Es claro que no estaban diciendo: “Señor, estamos en el proceso de dejar de existir.”
Concerniente a apollumi, W.E. Vine comenta: “La idea no es extinción sino ruina, pérdida, no de dejar de existir, sino de estar bien” (Diccionario Expositivo Amplificado de las palabras del Nuevo Testamento, Iowa Falls: Publicadores mundiales de la Biblia, 1991, p. 211).
El renombrado erudito J.H. Thayer define apollumi, con referencia a Mateo 10:28, de la siguiente forma: “Metafóricamente, devotar o dar miseria eterna” (Léxico Griego-Inglés, Edinburgh: T. &T. Clark, 1958, p. 64).
El profesor Oepke arguye que apollumi no sugiere una mera “extinción de existencia física”; más bien involucra una separación desesperada, sin esperanza y eterna de Dios (Diccionario Teológico del Nuevo Testamento, Grand Rapids: Eerdmans, 1964, Vol. I, p. 396).
De apollumi en Mateo 10:28, A.T. Robertson escribe: “Destruir, aquí no es aniquilación, sino más bien castigo eterno” (Palabras y figuras del Nuevo Testamento, Nashville: Broadman, 1930, Vol. I, p. 83).
Creo que ya no es necesario amontonar testimonio adicional de eruditos respetados del Nuevo Testamento.
Finalmente, las mismas Escrituras dan claramente el verdadero sentido de apollumi. En Apocalipsis 17:8,11, Juan describe a la malvada “bestia,” que se opuso a Dios, como estando en “Perdición” (apleian).
Sin embargo, en 20:10, el mismo escritor, hablando de la misma bestia, describe su destino como alguien que será “atormentado día y noche por los siglos de los siglos.” Claramente, no está refiriéndose a una extinción final.
La dogma “condicionalista” de aniquilación para los impíos es falsa, y los que defienden este punto de vista están irrespetando la causa de la verdad.